Las películas de Miyazaki tienen ese no sé qué Por Malena Maciel, Priscila Sarria, Laura Furlan, Valentina Deferrari y Juan Brocca
No sé si analizar a este genio del animé, compartir todas las hermosas imágenes que nos regaló en sus películas o ensalzarnos con los tremendos protagonistas que nos brindó. Es que este japonés canoso de 79 años, es todo lo que artistas y amantes del manga o dibujo pueden aspirar (niéguenmelo): ser dibujante, animador, escritor, director y productor de sus PROPIAS OBRAS dado que es co-fundador de Studio Ghibli. El tremendo, nostálgico, sensible y maravilloso estudio que nos dio cuántos largometrajes para meternos en un mundo tan real (superando magistralmente las líneas y colores) y fantástico. Yo no sé ustedes, pero qué placer audiovisual y qué historias más bellas que nos cuenta. La gran mayoría están desarrolladas desde un protagonista que debe pasar muchos sucesos que lo catapultan y complican, pero que siempre algo se transforma en su interior y en los demás, pero… ¿Es solo eso? También, ¡qué ternura de fotograma nos regala en cada escena! ¡Qué bellos soundtracks también! Porque alguna, me juego, se te quedó grabada. Nunca para de transmitirnos algo. Ahora, me gustaría hacer unos apartados de las cosas más fascinantes de Hayao, de sus obras.
Historias que rompen, heroínas y la niñez
En las películas La princesa Mononoke (1997), El viaje de Chihiro (2001), El castillo ambulante (2004), Kiki envíos a domicilio (1989) y tantas otras, seguimos a las protagonistas femeninas que luchan contra la depravación humana y su destrucción de la naturaleza, sobreviven a todos los retos que se les presentan así sean seres enormes con tal de rescatar a su familia, superan la soledad y descubren el amor a través de un mundo hermoso, se desafían para alcanzar sus sueños, se permiten caer y se levantan para elevarse al cielo.
La niñez es uno de los tópicos en las obras de Miyazaki, y creo, es la perspectiva más certera, pura y bella para contarnos historias. Nos revela que la inocencia y la fuerza que tienen sus protagonistas son más impetuosas que muchos adultos. La determinación y ternura que podemos ver en ellos los caracteriza.
Universo y espiritualidad
Hay un mundo hermoso allá afuera y Miyazaki lo sabe sin ninguna duda y digo esto porque nos lo muestra en cada detalle, cielo, gota de agua, nube, amanecer y anochecer, en el viento, en la lluvia, en las sonrisas de los demás, en los tropiezos propios. Todo es increíble si sabemos mirar con un poco más de detenimiento. Ligado a esto, la espiritualidad se ve si no es en los espíritus como cálcifer, los kodama, el “sin cara” (kanoashi), entre otros...
Estética
Para esto no voy a decir nada, simplemente recorramos estas imágenes......
Una de las razones por las cuales en todos lados se puede disfrutar el cine de Ghibli quizás haya que buscarla en el hecho de que está hecho desde lo artesanal, y apunta a producir arte y no productos comerciales, y eso le evita pasar de moda con el tiempo. Sin embargo, esto no es la clave del éxito. Conocemos muchos casos de obras de arte que no llegan a todos lados, porque las claves para su apreciación hay que buscarlas en una serie de códigos a veces difíciles de comprender para todxs. La literatura argentina, por buscar ejemplos cercanos, encierra desde historias famosas por su reflejo de las costumbres y tradiciones como Martín Fierro hasta el lenguaje ultra-culticizado de los cuentos de Borges, reservados a un público reducido atento a referencias culturales. En cambio, el cine de Studio Ghibli apunta a las emociones, y habla sobre la vida, cosas que le ocurren a todos los seres humanos y, al mismo tiempo habla de los sueños y aspiraciones de la juventud en su camino a la adultez en el lenguaje de la fantasía, de la esperanza.
Los temas de las películas de estudio Ghibli son tan sensibles al gusto general como las películas del renacimiento de Disney (1989-2004) que marcaron nuestra infancia (de hecho, su fama universal se debe en parte al papel de Disney como distribuidora occidental). Lo que ellas lograron aplicando la lógica de los musicales de Broadway a la animación, las películas de Ghibli lo lograron ajustando y componiendo como piezas mecánicas de un avión las partes de una cotidianeidad mundial con las alas que a esa cotidianeidad le faltan para volar. Y voló por todo el mundo.
La palabra italiana ghibli es tomada por Miyazaki, y refiere a los vientos cálidos que soplan en el sahara, y es metafóricamente hablando el mismo tipo de viento que sus fundadores, entre ellos Miyazaki e Isao Takahata, querían soplar en la animación japonesa. Su propósito era, digamos, casi un movimiento artístico, con ese nombre como manifiesto. Pero esas ideas no nacieron en el estudio, sino en la razón de su ruptura con las compañías de animación en las que trabajaron. Miyazaki y Takahata lograron ya en los años 70 obras que hoy conocemos totalmente separadas del estudio Ghibli, y que se granjearon su fama por mérito propio, sin recurrir a la del estudio que les siguió: hablamos de Heidi y Marco. Ambas inspiradas en cuentos y novelas de formación ya iban formando esa pedagogía que encontramos en Ghibli del crecimiento, de la belleza de los paisajes y de la apreciación universal de la cultura, ésto último presente en el origen italiano de la locución ghibli.
Según dicen, Miyazaki experimentó tras la derrota de Japón un interés por la cultura europea, específicamente la italiana, algo que se nota en películas como Kiki entegas a domicilio y Porco Rosso
El "realismo fantástico" folclórico y la curiosidad por el lejano oriente
En El viaje de Chihiro, Miyazaki utiliza el arquetipo de Alicia en el país de las maravillas de Lewis Carrol para interpretar una Kamikakushi, una desaparición divina, bajo los temas de relato de formación, fantasía, esperanza y amistad, extremadamente frecuentes en sus películas. Y es que Miyazaki, a través de sus obras, nos representa la unión entre la infancia y la vida adulta con todo lo que ella conlleva. Así, podemos ver como a lxs niñxs en obras como "El viaje de Chihiro" busca expresar valores tales como: el respeto a los dioses, el amor y la amistad. Sin embargo también se puede recalcar que no deja de lado la mirada del niñx , lo hace utilizando su idioma
En esta escena muestra como bañan en la posada al monstruo apestoso, lo hace desde un lado cómico, Infantil. Pero, manteniendo el respeto que se debe hacía ellos. El respeto a los dioses en Miyazaki no remite a una cuestión religiosa, sino más bien ambientalista: los dioses son usados como una metáfora de la flora y fauna del planeta, tal y como son interpretados en la religión tradicional japonesa.
Miyazaki demuestra que es capaz de atravesar el lado que muchos no se animan. Que decirles la verdad a lxs niñxs sobre la vida adulta no necesariamente puede ser el relato de algo trágico: es posible mostrarles esperanza, en vez de lo contrario, que es lo que vemos en la ficción distópica.
Buscar un camino y avanzar.
Cabe destacar, ni en Alicia en el país de las maravillas ni en el viaje de Chihiro se interpreta que el rapto de Chihiro sea algo positivo, sino que lo que la trama busca resolver es el reencuentro con sus padres: el mundo mágico y bello que atraviesa la protagonista no es un lugar placentero, sí es un lugar para las amistades, donde suceden bellos momentos, pero no es el lugar adecuado para ella. El objetivo es volver, y es la propia Chihiro quien construye su camino de salida de los baños de los dioses y regresar a casa.
El viaje de Chihiro, pese a toda su carga fantástica, es una película con contenido histórico, que muestra la cultura a través del arte: hay una interpretación anacrónica de varios elementos de la cultura oriental, especialmente de los más cercanos al Japón contemporáneo, en ese período raro en el que un Japón apenas abierto al mundo intentaba asimilar las costumbres occidentales: se mezclan los trenes con la arquitectura oriental, se mezclan los youkai y la mitología folclórica ancestral con la arquitectura tardía japonesa de fines del siglo XIX, los elementos de la religión tradicional japonesa, los dioses de la misma no se purifican en la desembocadura del río Tachibana en la pradera de Awaki como Izanagi en la mitología japonesa, sino en un Onsen de arquitectura feudal pero perfectamente industrializado. Por esto, quizás, fue aclamada en Japón.
Por ejemplo, hay referencias ligeras a la época en la que el servicio japonés de trenes se encontraba en reciente inauguración, y parques de diversiones y casas de baño eran ubicados cerca de las estaciones de tren, como el primer parque de diversiones activo el Hanayashiki (foto de arriba a la izq.) o el famosa casa de baño Takarazuka (foto en blanco y negro del centro a la izquierda).
En cuanto a esta parte del globo, es tal vez a raíz de la diferencia que guarda nuestra cultura con la del lejano oriente que todos estos elementos que reconocemos en El viaje de Chihiro, mezclados con los que nos son ajenos nos despierten un interés por conocer más, algo análogo a la curiosidad de Alicia al entrar en el agujero del conejo (que sin embargo es opuesta al respeto a los dioses de Chihiro frente a la curiosidad osada de sus padres). Una historia sobre crecer con elementos fantásticos que son tan radicalmente distintos a lo que estamos acostumbrados, ausentes las configuraciones locales y reemplazadas por elementos del folclore japonés dan como resultado una obra de atractivo universal como lo es El Viaje de Chihiro, ganadora del Óscar a mejor película animada de 2001.
El cine de Hayao Miyazaki tiene un estilo característico, una excelente capacidad de reflejar la realidad y un espacio para soñar y volar. Sus temáticas, personajes, tramas y trabajo artístico son el resultado de años de experiencia en el campo, los paisajes están pensados para sorprender y allí las referencias culturales al mundo real están casi siempre en el plano de lo visual. Pero por sobre todo, el cine de Miyazaki, y el de Ghibli en general, es un cine que dice la verdad a través de la fantasía, y es de los que mejor lo han hecho hasta ahora.
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